Casi diría que armada de retazos, hilvanada... si las costureras me permiten hacer uso de su terminología... con un cuadro de sueño agravado por un estado pre menstrual... mas un fin de semana de abundante descanso en la casa y el pueblo que me vieron crecer, pero que este fin de semana solo disfrutaron de mi presencia en pijamas de rayas... como si hubiese estado presa de mi misma... volvida a la ciudad actual, me encuentro con los olores de siempre... olor a extrañar... olor a pasión... olor a un poco de tristeza de nuevo... una incipiente gripe me ataca... no le presento batalla, pero tampoco le firme la paz aun... los nuevos horarios de cursar, las viejas malas conocidas y mis amigas, ahí el lunes esperándome para dar las buenas nuevas... los sobrinos nuevos, me están enamorando el alma, a cada segundo recuerdo a sus padres jugar conmigo en la infancia... y saber que vienen a iluminarnos los días, me da ganas de salir de la cama... mis hermanas, hermosas, radiantes... y me armo y me vuelvo a desarmar... y al rato caigo en mi propia emboscada, y me enredo en mi red... y luego salgo con el menor esfuerzo... “besarte, tocarte, acariciarte...” esas palabras me hicieron soñar hoy... esos besos suaves, esas manos fuertes pero que aun me tocan temerosas... sus ojos que miran hacia adentro cuando llega el milagro... y... yo lo se... lo veo... de vuelta a casa el hasta mañana me acompaña a soñar de nuevo...
Así es como me armo, me desarmo y me vuelvo a armar... de a ratos las ganas, de a ratos el cansancio... los proyectos psicosociales, los corpiños y algún viaje me colman hoy las expectativas... a la vida pido paz... pido calma... que calme el ruido... que me deje escucharme a mi misma... hay tanto ruido que no escucho mi propia voz por momentos... y en otros es tan inmenso el silencio que tengo miedo... y me armo, me desarmo y me vuelvo a armar... ya encontrare la combinación correcta... por ahora el único sitio donde gozo del desarme, es arriba tuyo... me armo, me desarmo y me vuelvo a armar... como si cosiera mi propio disfraz... lo armo, lo desarmo, y lo vuelvo a armar... como si fuera una costurera.
